Por la sierra de Gádor: breve historia de la desertificación

La sierra de Gádor, como todas las sierras costeras del sureste peninsular, tenía en tiempos una cubierta vegetal homogénea que consistía principalmente en encinas, aunque también se podían encontrar robles. El bosque se fraguó aprovechando el pico de humedad ocurrido durante la pequeña Edad del Hielo ocurrida hacia el año mil seiscientos. Aunque progresivamente las condiciones de aridez se fueron imponiendo, el bosque se pudo mantener. La bóveda arbórea proveía sombra y frescor, permitiendo la germinación de las bellotas.

El aspecto desolado que presenta en la actualidad no se debe, sin embargo, a la llegada del clima semiárido. No ha sido una cuestión de mala suerte la desaparición de los Quercus. La mano del hombre ha tenido que ver en ello. Por eso se habla de desertificación. Y es que los desiertos pueden tener dos causas: las exclusivamente climáticas como ocurre en Atacama o el Sáhara, o aquellos lugares en los que, además del clima, interviene el ser humano [1].

 

Características lomas peladas de la sierra de Gádor

El caso de la sierra de Gádor es de libro y su historia encaja en el proceso genérico de desertificación descrito en la literatura científica [2]. Sucintamente puede referirse de la siguiente manera: un ecosistema que venía utilizándose dentro de unos límites sostenibles se enfrenta a una anomalía que, puntualmente, permite al ecosistema ofrecer más recursos de los que históricamente la población está acostumbrada a utilizar. Estas perturbaciones pueden ser de tipo climático o tecnológico, o puede ser la aparición de nuevos mercados. Es como si de repente la tierra diese más de lo que habitualmente daba. Ante la transitoria exuberancia la población aumenta su tasa de extracción de recursos, y el balance migratorio es positivo. Se vive un período de riqueza (material) y prosperidad. Pasado un tiempo la perturbación desaparece. Pueden suceder dos cosas: que la economía vuelva a redimensionarse a su estado original o que se tome por perenne el espejismo de abundancia. En este segundo caso llega un momento en que al verse superada la tasa de renovación de recursos por la de extracción se producen daños que son irreversibles a escala temporal humana. Daños estructurales que convierten en inhabitable un lugar que antes, mal que bien, daba, al menos, para sobrevivir.

Hasta principios del siglo XIX el bosque que cubría la sierra de Gádor se utilizaba para diversos fines. Existían caleras que permitían fabricar cal a partir de la abundante roca caliza mediante su combustión. La gente utilizaba la leña para calentarse y cocinar. La trashumancia atravesaba la sierra y se instalaba en ella durante los tórridos veranos, aprovechando sus pastos de altura (a más de dos mil metros). Prueba del uso ganadero es que el territorio está tachonado de aljibes que completaban el aporte de las fuentes naturales, aunque éstas eran abundantes debido a la peculiar estructura geológica de Gádor. La alternancia de materiales calizos del cretácico atrapa el agua de lluvia y las launas –una arcilla procedente de la alteración de las filitas- forma capas impermeables por las que el agua subterránea se canaliza hasta aflorar en superficie y dar lugar a manantiales [3].

Además de los aljibes otras construcciones delatan la importancia de la trashumancia en la zona. La venta de la Mamona, situada al pie de la loma de la Puta, y no muy lejos de los Llanos de la Pedorra y la loma de Cagasebo, debía de ser un lugar de encuentro de los pastores de la zona. (Los topónimos deben retratar a personajes significativos de la época, digo yo).

 

Componentes de un aljibe tradicional. La altura de la trampa de sedimentos, a más de un metro de altura, indica un diseño preparado para funcionar solo en fuertes episodios de lluvia

Empezando el siglo XIX empezó a extraerse plomo de las entrañas de la sierra [4]. Probablemente la existencia del mineral era algo conocido por la población local. La novedad fue que irrumpió con fuerza un nuevo mercado. El plomo se pagaba bien. Las primeras explotaciones eran muy rudimentarias. Excavadas a pico y pala aun hoy se detectan en el paisaje pequeñas graveras que las delatan. Son el preludio de peligrosos agujeros, donde las piedras resuenan, al tirarlas, en su viaje hacia el centro de la Tierra. Estas explotaciones familiares requerían esparto y leña para fundir el metal. Comenzaron a abrirse notorios claros en el frondoso bosque.

 

Entrada a una mina familiar. Debían descolgar a los niños para que pudiesen acceder a las vetas de plomo

La pujanza del mercado desató la fiebre del plomo. Aquello no era Alaska, pero el sector fue muy importante para España. Tanto que sirvió para equilibrar la balanza de pagos del país. Las precarias minas se convirtieron en verdaderas factorías que daban trabajo a mucha gente. La comarca se convirtió en un polo de atracción. El combustible para fundir el plomo estaba muy a mano. El bosque fue talado sin piedad. Además había que calentar y dar de comer a una población que no dejaba de aumentar. Las laderas que rodeaban a los núcleos de población fueron desmontadas y abancaladas.

Se cuenta que un pastor pidió que le dejasen al menos una sombra para resguardarse del sol. Pero el capitalismo había llegado con fuerza. Se fijó un precio para el árbol. Dos reales. Que el pastor pagó [5]. Hoy la encina sobrevive como un coloso de los tiempos. Pese a su proeza, el haber aguantado la indiscriminada tala, aún tiene que soportar que la pintarrajeen y la maltraten.

 

La encina de los dos reales. Cuesta imaginar que hubo un tiempo en el que encinas de este porte no eran excepcionales.

Los ingleses llevaron sus inversiones a otra parte cuando el plomo ya no se derrumbó su cotización. Gádor salió muy malparada de aquella época de dinero fácil. El suelo quedó sin la protección que le daban los árboles. Las lluvias –que tienden a ser torrenciales en esta zona- lo arrastraron con facilidad. Ya no había sombra ni humedad para que prosperasen las bellotas. Por no haber no había ni bellotas. Se intentaron repoblaciones con pino carrasco (P. halepensis) y pino salgareño (P. nigra). Los ejemplares son pequeños, bastante hacen con el suelo que ha quedado. Prosperan las genistas, algunos lentiscos y retamas, aunque el matorral dominante es, sin duda, el esparto.

La pérdida de suelo puede deducirse también de otras pistas, más sutiles. Que pasan desapercibidas al inexperto, como yo.  El afloramiento de roca madre, karstificada , es delator. La karstificación es un proceso de erosión química de las rocas calizas. Es lo que hace que, como decíamos antes, se conviertan en esponjas que acumulan agua. Este proceso de disolución en superficie es imposible en las condiciones de aridez de la zona, puesto que no hay agua suficiente. Sin embargo, las rocas enterradas sí son susceptibles de ser disueltas, dado que la tierra que las rodea retiene la humedad y prolonga el proceso de disolución. La aparición de rocas karstificadas en superficie sólo puede significar una cosa: que la tierra que las cubría ha desaparecido.

 

Afloramiento de rocas karstificadas

Aún hoy quedan rebaños de ovejas que aprovechan los pastos. Joaquín y sus magníficos perros las encierran en el aprisco. Joaquín se turna con su hermano para pasar las noches en el pequeño cortijo. Es una vida dura, a la intemperie, lejos de las comodidades. Es una vida un poco más auténtica, escuchando el viento milenario, atento al cambio de tiempo. A si va a llover o hacer viento. Encendiendo lumbre y escuchando la respiración de uno mismo mientras se calienta la comida.

 

Rebaño en el Llano de los Juanes.

La sierra de Gádor perdió su patrimonio. Su bosque. Su suelo. Ahora es una tierra pobre que la gente evita. La agricultura de invernadero o el boom inmobiliario han sido los reclamos más recientes para salir huyendo de un lugar que parece no tener futuro. En la que es difícil ganar dinero rápido. La sierra de Gádor es una tierra de paso, que ya no se recuperará del zarpazo que le dimos en su momento.

Algunas cuestiones y reflexiones a modo de corolario:

– El bosque surgió tras una primera anomalía, la Pequeña Edad del Hielo.

– El precario modo de vida de los habitantes de la zona permitió que se conservase el bosque. Cuando surgió una manera de salir de la pobreza (la segunda anomalía) entonces empezaron a explotarlo por encima de su velocidad de renovación ¿Es incompatible superar el umbral de la supervivencia sin destruir los ecosistemas?

– ¿Es habitable un ecosistema prístino? Los aljibes, por ejemplo, requieren degradación para su funcionamiento. Necesitan que la ladera que recoge el agua esté libre de vegetación. No se puede vivir sin degradación. Pero tampoco se puede vivir con mucha.


[1] Desertificación es la degradación de las tierras de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultante de diversos factores, tales como las variaciones climáticas y las actividades humanas.

[2] Puigdefábregas, J., 1995. Desertification: stress beyond resilience, exploring a unifying process structure. Ambio 24 (5), 311–313.

[3] Parece mentira que Enix, una de las localidades de la sierra, condense en cuatro letras tanta historia y geografía: la terminación en x es de origen púnico, y las tres primeras letras derivan de ain, palabra árabe que significa fuente.

[4] Un estudio detallado de la cuestión puede encontrarse en este magnífico trabajo: García-Latorre et al. 2001. Dealing with aridity: socio-economic structures and environmental changes in an arid Mediterranean region. Land Use Policy 18: 53-64

[5] Ejemplo que ratifica a aquellos que defienden poner un precio a los bienes ambientales, véase ¿Cuánto vale la Naturaleza?

10 comentarios sobre “Por la sierra de Gádor: breve historia de la desertificación”

  1. Jaime, qué gusto leerte y descubrir y entender el paisaje de Gádor por tus líneas. Un placer enorme aprender contigo. Haces eso que es tan difícil que es recorrer ese camino que va de lo simple a lo complejo llevándonos de la mano para que veamos lo que se esconde detrás de las lomas peladas de Gádor…Mil gracias y no dejes de seguir haciéndolo!

  2. Hay cosas que no son del todo como aqui se explican,yo soy un gran conocedor de esta sierra,ya que me he criado a sus pies,en El Ejido.Bien,no coincido en que esta sierra se esta desertificando,mas que nada,por que el clima ya es semi-arido por debajo de la cota de 1000 m.no olvidemos que las encinas que aqui hubo,sobrevivian con precipitaciones que no llegaban a 400 mm.Tampoco se menciona el encinar que en estos momentos se desarrolla en diversas areas de la sierra,en especial en la parte mas alta,en la zona de “Dos Hermanas”,”Pecho Cuchillo”,”Morron del Pantanillo” etc,acompañadas de un interesante pinar de repoblacion,en esa zona,que comprende los 1000 a 1800 m,las precipitaciones estan rondando los 500 mm de media anual,cantidad suficiente para un arbol de clima mediterraneo como las encinas y los pinos,incluso en otras areas orientadas al norte,se desarrollan pequeños pies de acerales,algo que tampoco aqui se nombra,no hablemos de las masas de pinar bien desarrollado,como las de la zona de Castala,cara norte del Cerro del Pastor,toda la zona del Calabrial,zona de Dalias,zona de Fondon (aqui tambien hay un buen pie de encinar) y diversos puntos de la sierra,alternandose con pinos de mas reciente repoblacion,en general,pocos puntos de la sierra no se ven con arboles,aunque sean dispersos,excepto en la parte oriental de Enix hasta Almeria,aqui el clima es demasiado seco y el suelo demasiado pedregoso como para poder permitir el desarrollo de arboles.

    Y esos nombres como: “loma de la Puta, y no muy lejos de los Llanos de la Pedorra y la loma de Cagasebo, debía de ser un lugar de encuentro de los pastores de la zona.” sinceramente,no conozco ninguno,en mis 34 años que llevo por esta sierra,no se de donde los habras sacado ni me interesa,pero desde luego,a esta sierra no pertenecen,asi que un poquito de respeto,no ya a quien lee,si no a esta misma sierra de la que alardeas conocer,no te vendria mal,asi como un poco mas de informacion,tambien te recomiendo que antes de hablar de “desertificacion” te informes un poquito mejor,por que aqui el clima de toda la vida del señor,ha sido y es extremadamente seco,no olvidemos que la sierra de Gador,al tener como murallon tpografico a Sierra Nevada justo en su vertiente noroeste (por donde llegan la inmensa mayoria de peturbaciones lluviosas),queda a sotavento de esta,no pocas veces he visto llover en TODA España y en Sierra de Gador estar soleado,y eso no tiene nada que ver con la deforestacion.

    Lo que la mineria hizo en la Sierra de Gador es una catastrofe natural,en la que posiblemente jamas se recuperara del todo,pero eso no significa que la sierra,a dia de hoy y a pesar de los reiterados e intencionados incendios,tenga un buen pinar y tambien buenos pies de encinas en las zonas que ya he mencionado,ademas de poseer una tremenda variedad en matorrales,y ya de paso,hago incapie que esta sierra es de las mas ricas en fauna y flora de la provincia,con casi 2000 especies vegetales y 7 endemismos exclusivos,algo que no se encuentra en ningun otro punto de la provincia,y no,preferimos que no haya visitantes,que lo ensucian todo y lo destrozan (no se si te habras dado cuenta,pero al no tener carreteras asfaltadas,por eso tan poca gente visita esta sierra,sin embargo,en la zona del parque eolico,cuando nieva,se atesta de coches,claro,por que alli hay carretera asfaltada).

    Sobre la foto de las piedras karstificadas ¿tu que sabes si esas piedras no se han karstificado a la intemperie? he visto piedras de esas en zonas en donde la pluviometria a veces llega a 600 mm,precipitacion suficiente para provocar ese efecto a lo largo de miles de años,mas aun,esas grietas,al estar a la intemperie,probablemente se llenen de agua que despues se congela,aumentando el tamaño de las fisuras.

    Yo por suerte,se que la Sierra de Gador,a dia de hoy,esta mucho mejor que hace 70 años,aunque algunos (llevados por alguna rabieta cegadora,o esa es la impresion que me da del que ha escrito este articulo) nieguen la evidencia,te invito a que veas mi pagina de “Almeria en estado puro” de facebook:

    https://www.facebook.com/pages/Almeria-en-estado-puro/1410811755859561?ref=hl

    Un saludo.

  3. Olvide comentar que,en esa pagina que acabo de dejarte,tengo,si te vas a la pestaña de fotos,monton de fotografias de Sierra de Gador,en donde muestro la verdadera realidad,con sus bosques de pinos y encinas,un saludo cordial.

  4. Por cierto,si quieres,echa un vistazo a esta pagina de la Sierra de Gador,creada por mi y un socio mio,contiene informacion muy interesante,acompañada de fotografias,saludos.

  5. Quien no conozca la Loma de la Puta no conoce la Sierra de Gádor.
    Gracias por tu artículo Jaime, se podrán discutir muchas cosas pero es muy interesante. Un saludo.

  6. Saludos: he leído con interés y veo que es un buen debate. Ambos tenéis vuestra parte de razón, pero estoy más con Jaime. Es una degradación acelerada por la acción humana. El caso es que ahora tocaría devolver a la Naturaleza algo de lo adeudado, y no se hace mas que intentar apagar los incendios forestales a los que parece condenado nuestro Pais.

  7. Luis, la Sierra de Gádor nunca ha podido tener un gran encinar, entre otras cosas, porque está en primera línea de las tormentas africanas que a veces suben y pasan por la Sierra, provocando incendios forestales con la caida de rayos. Hace siglos, si se encendía un fuego, nadie lo apagaba y ardía durante semanas, quemando decenas de miles de hectáreas. Es por ello que los recuentos hablan solo de unas 500.000 encinas antes de la minería, cuando hoy día ha varios millones de árboles, ya sean encinas o pinos de repoblación. La minería empezó hace unos 100-120 años, y en ese tiempo no le da tiempo, a karstificar la roca, eso es un proceso que dura siglos. El artículo como ya digo, está plagado de errores y me cuesta creer que lo haya escritoescrito un supuesto científico.

    1. En primer lugar gracias por leer el blog. En segundo voy a hacer algunas aclaraciones a tus comentarios.
      Son variadas las referencias que hablan de la brutal deforestación de la Sierra de Gádor y los posteriores episodios de erosión. El profesor Sánchez Picón de la Universidad de Almería ha escrito mucho sobre ello, le recomiendo que lea sus trabajos, él es el verdadero experto en la materia. También los hermanos García-Latorre; aquí hay una tesis (http://www.eeza.csic.es/documentos/tesis/Contreras%202006%20(tesis%20UAL).pdf) que habla sobre ello (página 42, tabla 4.1). El principal uso que acabó con este bosque de encinas y pinos (y robles en la parte alta) fue la minería. Si bien la Marina Española tenía catalogados los recursos forestales de esta zona, no hizo mucho uso de ellos. La Armada cuantificó ese medio millón de encinas del que habla, pero solo en la cara sur; había otras 700.000 en la cara norte. No son pocos árboles.
      El Inventario forestal de 1759 realizado por la Marina Española en Sierra de Gádor (Martín Rosales, 2002 elaborado a partir de datos de Gómez Cruz, 1991) da un total de 1.379.226 árboles, que repartidos homogéneamente en una superficie de 82.400 has supone que había unos 17 árboles por hectárea. Esa es un densidad intermedia entre zonas áridas (unos 10 árboles/ha) y semiáridas (unos 30 árboles/ha) (según trabajo de Brandt et al. de 2020 publicado en Nature). La densidad actual es más baja, con enormes extensiones sin un árbol. Discutir la deforestación de la sierra de Gádor es un tanto atrevido.
      El fenómeno no se restringía a esta sierra. Muchas otras como la Contraviesa o Luján han sufrido fenómenos parecidos. Hay un estudio muy interesante que evalúa las enormes tasas de sedimentación en las plataformas costeras como resultado de todo el material arrastrado desde estas sierras (como consecuencia de la erosión provocada por la desaparición de la cubierta vegetal). Es este:
      Liquete, C., Arnau, P., Canals, M. & Colas, S. Mediterranean river systems of Andalusia, southern Spain, and associated deltas: A source to sink approach. Mar. Geol. 222–223, 471–495 (2005).
      Respecto a los procesos de karstificación, creo que no lo ha entendido bien o no me he expresado bien. Es obvio que este proceso es muy largo. Lo que se dice es que “La aparición de rocas karstificadas en superficie sólo puede significar una cosa: que la tierra que las cubría ha desaparecido”. En otras palabras, que la desaparición del suelo ha dejado al descubierto la roca karstificada, que YA estaba karstificada. El hecho de que aparezca esa roca ahí significa que ha desaparecido el suelo que la cubría, porque solo cubierta de un suelo que retiene humedad puede karstificarse en un ambiente semiárido.
      Por último, me parece precipitado emitir juicios tan severos sobre alguien a quien no conoce. Algo propio de nuestra época.

      1. Enhorabuena por el artículo y por aguantar así el tipo ante una crítica tan infantil como gratuita. Queda claro lo que se expone y, si hay divergencias, se pueden plantear de mejores formas…

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