A la ‘caza’ de exoplanetas por la sierra almeriense de Los Filabres

Llevo unos años escribiendo. La necesidad de expresar, contar (me) las cosas, tratar de comprender este mundo extraño en el que hemos caído, me llevó a aparcar la ciencia, otra vía de conocimiento que iba dejando de tener mucho sentido en ese momento vital. La divulgación científica se muestra como una opción intermedia entre la narrativa y la investigación que me resulta bastante satisfactoria, al permitirme utilizar un lenguaje menos enrevesado y, sobre todo, dar a conocer a círculos mucho más amplios lo que se hace en la investigación científica, cuestiones que normalmente quedan restringidas a revistas científicas demasiado técnicas y que raramente salen de la comunidad científica. Hasta la fecha he tratado de escribir acerca de la investigación llevada a cabo en áreas científicas que he frecuentado o que, por proximidad de despacho y de línea de investigación, puedo llegar a conocer. Todas estas colaboraciones las voy acumulando en un apartado específico de esta web (Colaboraciones).

Hoy me publican en uno de los blogs del CSIC con los que colaboro (Ciencia para llevar) una entrada sobre algo que me era bastante ajeno: la astronomía. A raíz de una visita organizada por la EEZA (el centro del CSIC con el que colaboro) al Calar Alto, donde se encuentra el Obstervatorio Astronómico  hispano-alemán, pudo hacerme una idea de sus propósitos y su funcionamiento. De la mano de Héctor Magán y Jorge Iglesias, del Instituto de Astrofísica de Andalucía del CSIC  recorrimos las instalaciones y aprendimos cosas verdaderamente fascinantes.

Aquí dejo el principio del post y un enlace hasta el texto completo. ¡Feliz año!:

«Más allá de los estereotipos que identifican Almería con las playas y el calor, nos encontramos ante una de las provincias geográficamente más heterogéneas de España. En efecto, el conjunto de relieves que la jalonan da lugar a una orografía que históricamente ha complicado las comunicaciones pero que, a la vez, contribuye a enriquecer la variedad paisajística. Una de estas cadenas montañosas es la sierra de Los Filabres, un muro de más de 2.000 metros en el que se encuentra el Centro Astronómico Hispano-Alemán, también conocido como el Observatorio de Calar Alto, financiado conjuntamente por el Instituto Max Planck y el CSIC».

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