En mi devenir como escritor me cuesta,
como he dicho otras veces, separarme de la literalidad y dejarme llevar por la
ficción pura. Parte del problema es que mi faceta profesional bebe de los
hechos bien referenciados. Las habilidades que requiere escribir artículos
científicos me penaliza cuando trato de abordar asuntos puramente literarios.
Aún no he tenido mucho éxito en separar
ambos mundos. He utilizado autorías distintas para uno y otro asunto pero al
escribir divulgación científica el conflicto se muestra con toda su crudeza.
Este es un campo que me gusta y al que dedico tiempo en forma de colaboraciones con distintos
blogs y alguna pieza en este. >>seguir leyendo
El crecimiento exponencial es una de esas ecuaciones que goza de visibilidad en los medios. Algo tan sencillo como dN/dt= r N (cuya integración resulta en N = ert) se utiliza para ilustrar el comportamiento de diversos fenómenos. En muchas ocasiones se trae a colación con propósitos admonitorios, advirtiendo de la catástrofe que nos espera tras el incremento desbocado de ciertas variables. Así, las emisiones de gases con efecto invernadero o la población mundial, muestran esa preocupante evolución. >>seguir leyendo
Definitivamente dejó atrás el mundo académico. Agotadas las posibilidades, rebasados con holgura los tiempos de espera, llegó a una edad impropia para seguir esperando que el viento soplase a favor. Las cosas, llegadas a ese punto, ya no iban a cambiar. Estaba en tierra de nadie, varado como un náufrago en una isla con una palmera. Había sombra, cocos y poco más.
Ya no cualificaba para ninguna convocatoria, ni su perfil se podía estirar para convencer a tribunales correosos, dueños de un discurso tan insulso como riguroso, de que era el candidato adecuado, la solución a todos sus problemas. En todos esos años dedicados a crear una lista de méritos contundentes, no logró situarse en una posición de cierto poder, más o menos estable, como para granjearse cierta tranquilidad vital. >>seguir leyendo
El tren, despiadadamente lento, serpentea entre las formaciones acarcavadas del desierto de Tabernas. Cuando los temporales tienen a bien instalarse en esta parte del país, el paisaje, decolorado por el sol, adquiere matices insospechados. Llueve y la escorrentía se afana por profundizar los rasgos de un paisaje que parece sumamente deleznable.
La revisión oftalmológica ha ido a caer en un día gris de noviembre. Una de esas jornadas desapacibles que fomentan el consumo de unas buenas migas alrededor de una lumbre y echan por tierra el concepto que los turistas tienen de la provincia. En Almería también puede hacer un frío del carajo. >>seguir leyendo
Nuevo post de la serie ‘Respirando salitre. Historias de un buzo’. Por J.M. Valderrama & David Acuña.
A medida que las conversaciones se van pautando, David saca a flote recuerdos que parecían sepultados. Un día aparece en mi correo electrónico, a modo de cuaderno de bitácora rescatada de un naufragio, el relato en primera persona de unas experiencias que me sitúan en la isla de Wolf. Son las notas de alguien que recoge hechos. Es un cuaderno de campo sabiamente aderezado con la rutina de abordo. A veces, como profano en la materia, relleno los espacios en blanco que ha dejado David, explicaciones accesorias para un profesional del buceo que no tiene ni hojas ni tiempo más que para lo estrictamente relevante. >>seguir leyendo
El blog del escritor J.M. Valderrama donde podrás comprar sus libros Días de nada y rosas, Altitud en vena y Aquí Bahía.