Parece que por fin ha encontrado un hueco en el sistema educativo. Los requisitos y obstáculos hasta conseguir dar clase, aunque sea unos meses, hacen pensar que tenemos unos profesores que son lo más excelso de la sociedad. Gente sapientísima, hiper-preparada. Sí, por fin una suplencia de seis meses, loado sea el señor.
Desde luego Juan cumple sobradamente con lo que se espera de un profesor: un vasto conocimiento tanto de las materias que ha de impartir como de otras disciplinas, que le permiten saltar de un campo a otro y conectar transversalmente unas cosas con otras. Y en segundo lugar, la vocación necesaria para transmitir al alumnado el amor por el saber y el conocimiento.