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Seguir escribiendo

Tras la publicación de mi tercer libro alguna gente me pregunta (se pregunta) que si esto de escribir va en serio o es un hobby y lo hago en ratillos libres.

Después de haber quemado las naves en el afán de hacerme novelista, de renunciar a una vida algo más previsible y segura, de encajar rechazos, negativas, críticas y miradas francamente dubitativas, después de que la inquietud me asalte en lo profundo de las madrugadas, creo que sí, que voy en serio.

Una seriedad que conviene matizar, puesto que la escritura, para mí, es una fuente de goce y divertimento. Incluso, si me apuran, se podría decir que escribir es lo que he venido a hacer en este mundo. Difícilmente podré aportar otra cosa. >>seguir leyendo

En Radio 3, por supuesto

Recorro calles y avenidas; esquinas achaflanadas. Con la disposición precavida del que no conoce el entramado urbano. Camino con el nerviosísimo del que se enfrenta a algo nuevo. Cada poco saco el mapa del bolsillo. Lo consulto. Confirmo mis coordenadas. Sigo avanzando.

Voy dejando atrás partes amables de la ciudad. Hace calor. Busco las sombras. De repente me veo entre edificios imponentes. RBA editores. Imagino que dentro hay gente que selecciona manuscritos. Yo soy un escritor en busca de una entrevista. >>seguir leyendo

e-book

Después de unas cuantas malas decisiones, unas cuantas indecisiones, largos ratos de documentación y una dosis de suerte la versión e-book de Días de nada y rosas está en Amazon.

Al poco de terminar el proceso de envío encontré un blog en el que se describían muy bien los pasos a seguir para poner un libro en la red y en el que se decía algo que me pareció muy cierto: “Lo primero que voy a decir es que publicar un libro en Amazon lleva bastante trabajo.”

Partiendo de este consejo el resto de información que da el autor del blog es muy útil y precisa. Podría pensar que vaya casualidad, justo después de haberme enredado y perdido tantas veces ahora encuentro la receta. Sin embargo me parece que la explicación es otra. Era como en las clases de matemáticas o física, o cualquier otra materia que requiriese resolver problemas. El consejo del profesor era siempre el mismo: intenta hacerlo, no te limites a copiar la solución. No es lo mismo haberte enfrentado al problema, haberle buscado las vueltas aunque se hierre una y otra vez, que copiar, sin prestar atención, lo que pone en la pizarra. Verdaderamente se aprendía aunque no se hubiese sabido resolver el problema. >>seguir leyendo

Lanzamiento de un libro: Días de nada y rosas

Escribir me resulta entretenido y enriquecedor. Durante años los relatos que iba pergeñando se los enviaba a los amigos. Cuando tenían un rato lo leían y me comentaban. Algunos señalaban inconsistencias. Otros sugerían temas. Finalmente había gente a la que, simplemente, le parecía muy bien todo aquello.

Hace tiempo me decidí a reunir parte de esas historias en ‘un libro de verdad’. Tenía la idea de que, en último caso, me gustaría echar un vistazo a lo que escribí hace años, quizás recordando aquella época en la que me dio por jugar a ser escritor. Y para ello sería útil tener el material compilado. Y poder sacar el volumen de la estantería de la biblioteca para hojearlo. >>seguir leyendo

El dentista

Tuve que ir al dentista. Otra vez. Mira que al despedirme del doctor la última vez quedamos en que no me verían por allí hasta la limpieza bucal, que es en diciembre, justo antes de las Navidades. Para afrontar las comilonas y los encuentros familiares libres de sarro, aunque, si te digo la verdad, los dientes empiezan a amarillear o ‘marfilear’ más bien rápido. En dos semanas comienza a borrarse el recuerdo inmaculado de los ultrasonidos cincelando el esmalte. Antes, tras cada limpieza, me costaba retomar las pipas, las pipas de fumar digo, pero he ido venciendo esa resistencia y como sé que el resultado final va a ser que los dientes se vuelvan amarillos nicotínicos dejé de condicionar el jodío fumeque a la limpieza bucal. >>seguir leyendo