Fui un buen escudero, se confesaba Mórtimer. En aquella lejana etapa, en la que presumía de independiente, de rebelde pero no hacía sino embarcarse en los proyectos vitales de otros. A cambio de no tener que tomar decisiones propias, empujaba con igual o más fuerza que los instigadores de la idea.
Así, fue un partidario irreductible de la ornitología, de las carreras de caballos, de los festivales de cine, de la filatelia. Tenía olfato para detectar a los entusiastas de causas marginales. Se convertían en íntimos de Mórtimer que encontraban en él al amigo dispuesto a todo. Daba el perfil que más convenía para cada situación. Era un buen actor. Le costó años encontrar su lugar en el mundo; por eso estuvo a la deriva tanto tiempo. >>seguir leyendo
En su cuaderno Mórtimer copia el siguiente texto. Lo ha encontrado en una novela de Patrick Deville que se llama Peste y Cólera. Dice así: «Hay un momento en que el nómada interrumpe su carrera y se hace sedentario, el cazador-recolector se vuelve ganadero o agricultor. Abel o Caín. Yersin pensó seguramente que había llegado su turno. O quizá enuncia un nuevo principio de Haeckel, según el cual en el curso de su vida repite aceleradamente la historia de la Humanidad».
Peste y Cólera es la biografía novelada de Yersin, un joven aficionado a la entomología, admirador del explorador y sabio Livingstone. Entre otros logros descubrió el bacilo de la peste y fue el inventor de la vacuna para vencerla. Deja de lado un puesto de investigador en el Instituto Pasteur para llevar una vida de aventuras en el sureste asiático. Cansado de dar bandazos finalmente preferirá aislarse en un rincón de la selva, lejos del ruido de la fama. >>seguir leyendo
El blog del escritor J.M. Valderrama donde podrás comprar sus libros Días de nada y rosas, Altitud en vena y Aquí Bahía.